martes, 21 de febrero de 2012

El triunfador de las primarias

El triunfador de las primarias

El Universal, 14 de febrero

Carlos Machado Allison

Triunfó la unidad y Enrique Capriles será el candidato. Tres millones acudieron a las urnas, el doble de lo esperado por algunos analistas. Como a todos los que participaron, le anima un pensamiento democrático, un ansia de cambio, un país libre. Ninguno de ellos hubiera ido a La Habana a pedir consejos y por ello no permitirá que miles de asesores extranjeros marquen el rumbo del desarrollo social, las finanzas, el comercio o la conducta de las fuerzas armadas. Todos lo han señalado, pugnarán por la inclusión, lucharán para reducir la inseguridad y la pobreza, abrirán espacios para que haya más empleos dignos y menos manos mendicantes. Respetarán los derechos humanos. Como todos se comprometieron a apoyar al ganador y a respetar el plan concertado para sacar al país de la ciénaga en la cual ha sido sumergido, entonces nos anima la esperanza.

Ninguno pretendió ser Zeus, Jehová, Mahoma o Jesucristo. Ninguno dijo que haría milagros ni que el país se enderezará con un soplo divino. Pienso que marcaron su campaña con formas diferentes de abordar los problemas, pero se parecen en lo esencial para hacer que el país cambie y progrese. Dije, en otro artículo, que la Mesa de la Unidad había hecho su trabajo y lo había hecho muy bien. Llegamos a las primarias sin heridas, disensos y ofensas. Ahora le corresponde a los partidos, grupos de electores y a los candidatos que no hayan sido favorecidos, sobrevivir como grupos o individuos a través de la preservación de la unidad. Guardar en el disco duro cualquier frustración y mertiolate si hay algún raspón en la rodilla, a luchar ahora por el triunfo del candidato unitario en octubre.

Para los no electos, se abren opciones futuras, espacios en el mundo político y social, en especial para los más jóvenes. A los de más experiencia, corresponde asesorar arrimando el hombro y generando ideas para alcanzar, en octubre, el éxito que cambie el rumbo del país. Todos, tomados de las manos y rodeando al candidato electo.

Deseo, como todos los electores del domingo, verlos cumpliéndole al país, entrega y colaboración plena en la gesta por venir. Ocho meses duros, preñados de obstáculos, plagados de ofertas, venta de esperanzas, calumnias, sobornos e insultos. Ya vimos las amenazas a los empleados públicos, la grosera violación a la Constitución y la ofensa a la dignidad de los militares, muy al estilo hitleriano, cuando proclamó que las fuerzas armadas eran todas chavistas. No hay límites para el contrincante, esa es su perversa ventaja. Nada fácil será el triunfo de la oposición unida, imposible si se separan y toman caminos divergentes. Nos jugamos un modelo de nación y una forma de vida, hay que escoger entre dos visiones distintas e irreconciliables en cada faceta del quehacer humano: educativo, económico, militar, sanitario, legal, laboral, científico, humanístico, agrícola o artístico, en lo ético, en lo que a la seguridad personal concierne, así como en las formas de relación entre los ciudadanos.

jueves, 2 de febrero de 2012

La MUD hizo su trabajo

El Universal, 31 de enero de 2011

Carlos Machado Allison

Se realizó el acto el 23 de enero, asistieron todos los candidatos a las primarias, no cabía la gente en un salón donde sobraba afecto, talento y buena voluntad. Es obvio que no todo venezolano con conocimientos y deseos de ver al país enderezado estaba allí, pero la representación era de primera. Por aquí los que saben de urbanismo, más allá los que dominan el tema de la seguridad, sobraban educadores, médicos, arquitectos, abogados, gente del mundo industrial, del agro y del comercio. Campesinos, obreros, diputados, alcaldes, gobernadores, productores, escritores, investigadores, literatos, promotores y seguidores de cada candidato.

Todos fueron aplaudidos. Los discursos de Ramón Guillermo Aveledo, Marino González y Pedro Benítez, breves, comedidos, coherentes, unitarios y sólidos. Aglutinar partidos, organizaciones, comisiones técnicas y políticas no fue tarea fácil. Los compungidos que apostaron al fracaso, sean bienvenidos a la unidad. No faltó, ni sobró una palabra: Unidad en la diversidad, espacios abiertos para el consenso o el disenso y un acuerdo básico que no dice otra cosa que institucionalidad, legalidad, seguridad, paz, educación y todo en democracia. No al caudillismo, al militarismo, a la imposición, la mentira y el engaño.

¿Qué uno quiere una nueva constitución, cuatro opinan lo contrario y sexto desearía otra ruta? ¿Y a mí que diablos me importa? En primer lugar veamos quién gana la postulación y que argumentos puede haber a favor o en contra de una nueva carta magna. Dice la historia que las treinta o más constituciones que hemos tenido, poco han contribuido al progreso nacional. Mi ideal imposible de constitución es un documento con 20 artículos, que le otorguen poder al ciudadano y que fije claramente que las autoridades no son otra cosa que los administradores – muy temporales – de los bienes del pueblo. Renovables en cada período, no reelegibles al mismo cargo y el presidente, nunca más. Al ex, una pensión vitalicia razonable, que se dedique a organizar alguna fundación, pida perdón y hagamos lecciones de sus malas experiencias.

Leopoldo se retiró, acto razonable e inteligente. Lo hizo dentro de la unidad y arrimará el hombro como debe ser. La gran mayoría de sus seguidores seguirán fieles a la unidad. Aspiro que si algún otro lo hace, su conducta sea exactamente la misma. Ciudadano no deje que lo tomen por idiota, no haga caso de pequeñas intrigas, chismes e incluso de las apetencias y maniobras que nunca faltan, ni han faltado, ni faltarán en cualquier proceso electoral. Eso sí, condene el pescueceo y a los arribistas, critique lo que no le guste, contribuya con sus ideas, haga cosas positivas por su país que mucho necesita ciudadanos de verdad. Vote por la unidad primero, luego por el candidato de su preferencia y finalmente por el triunfador en las primarias. El clarín toca a votar, el redoblante nos anima, la orquesta no calza botas, ni tiene uniforme, el coro es entusiasta, el perfume civil. Hay futuro