jueves, 18 de agosto de 2011

Costo no te aprecio

Diario El Universal, 16 de agosto de 2011

Carlos Machado Allison

La prensa reciente muestra los síntomas de una epidemia humorística en el gabinete. El ministro de alimentación está preocupado porque los venezolanos consumen, en su opinión, demasiado trigo, aceite y leche en polvo importados con dólares del imperio. Descubrió que la escasez y la inflación son el resultado del consumo. Olvidó mencionar café, azúcar, caraotas, arroz, maíz y carne bovina en buena parte e innecesariamente importados. El de Indepabis dice que a él no le importa que haya ricos, pero que se ganen la plata honestamente ¿para quién será el mensaje?

Que le cuenten a los productores de café lo de precios y costos justos. Les pagan 650 por quintal, el costo anda por 1.440, en Colombia está a 2.000 y el gobierno importa de Nicaragua a 1.204. Ellos aspiran 1.707 ya que además de trabajar, quieren ganar algo. ¿Sabe el gobierno que el precio del petróleo, así como el del  trigo, maíz, azúcar y otras cosas cambia cada día?

La titular de la novísima cartera de prisiones anuncia que no habrá ni un preso más ya que van a regular el número de hampones que puedan ingresar por unidad de tiempo en las cárceles. Borró a los jueces y a los fiscales de un plumazo. Ahora el juez será un policía que le aplicará al hampón una tarifa justa y regulada para no mandarlo al retén. Redondeando la faena, la ley de inquilinato, expedita para liquidar inquilinos, propietarios y constructores. Vendrá el “hombre nuevo”, socialista, pero sin techo.

El de ciencia, tecnología y escasas industrias dice: bueno sería que los productos tengan en la etiqueta el costo de producción. Felices fabricantes de etiquetas: cada tres o cuatro días un nuevo pedido ya que la inflación habrá alterado el costo antes que el producto llegue al anaquel. ¿Solución? Ciencia socialista: etiquetado electrónico dinámico autoadherente para los tomates, aguacates y cebollas, código de barras virtual y ajuste remoto desde el satélite Simón Bolívar. Audaz como es, señala que si se coloca el costo en la etiqueta “…nos llevaría a crear una cultura distinta”. Distinta es la cultura de los bachilleres que se están graduando sin cursar física, química y matemáticas. Pero la joya, inscrita en la pasión por rehacer la historia, fue citar a Ezequiel Zamora, gran economista de la Guerra Federal: “cualquier riqueza que se obtiene que no sea producto del trabajo, es robo”. Zamora, en su bodega, ¿vendía por debajo del costo?

Otro, iluminado por la onda humorística, antes dizque de cultura y ahora de planes para Caracas, quiere convertir a La Carlota en híbrido de centro de convenciones, pista de carreras F1, circo, fábrica de vergatarios y espectáculos de rock revolucionario, en lugar del parque verde que quieren las comunidades o del acuático de Fruto Vivas. Éste, sin una pizca de humor socialista declaró, que nada tiene que ver con el otro en conceptos urbanísticos, de arquitectura, o ecología.

“Diez mil locos en un montón, no hacen una persona razonable” (Schopenhauer, 1788-1860)