domingo, 27 de febrero de 2011

Agricultura en Venezuela: cifras fantásticas

Los ministros de la economía y la producción, encabezados por el ideólogo Giordani (quién escribió, hace algunos años, con otros colegas, un folleto señalando como aplicar la filosofía de Corea del Norte a Venezuela) se presentaron a la Asamblea Nacional con soberbia. Sus discursos, con más insultos que logros, no tenían como objetivo exponer el "estado de la nación", sino contrastar al sistema capitalista con el comunista. De allí, tal como se ha hecho en Corea del Norte, Cuba y en la vieja URSS, se intentan tapar los hechos con palabras y para que éstas lleguen y convenzan, el control de los medios de comunicación ha sido una meta del gobierno.


Los ministros no sólo inventaron cifras, sino nuevos conceptos. Entre ellos destacan la "aritmética socialista" y la inflación inercial. Los economistas andan como locos tratando de entender el asunto. Por ejemplo en materia agrícola el gobierno clama haber roto cualquier record nacional de producción, pero a la par el INE y el BCV muestran que el record son los 17.000 millones de dólares de importaciones agrícolas en los últimos tres años. Otra marca imbatible es el 60%, a veces hasta más, de inflación en los productos nacionales como hortalizas, frutas, raíces y tubérculos, el descenso en 3 millones de toneladas en la producción de caña de azúcar, 50% en carne bovina y entre 10 y 25% en algunas frutas y hortalizas. La inflación inercial hace que la comida en Venezuela, calculada a 4,30 por US$, se encuentre entre las más costosas del mundo. Un combo de hamburguesas anda por los 48 Bs, (más de US$ 10), no hay plato en un restaurant de precio medio, que baje de 70 u 80 bolívares y si se busca algo especial, y especial en Venezuela es el pescado y los mariscos, pues prepárese a pagar alrededor de 200 (unos 50 dólares) por ración, una vez cargado  el IVA y la propina. En los supermercados la carne bovina se aproxima a los 50 Bs por kg y los quesos entre 60 y 80.


La producción de arroz  es insuficiente. Igual ocurre con café y por primera vez en la historia del mismo, ha sido necesario importar. En el 2011 será necesario importar no menos de 600 mil toneladas de azúcar y el precio internacional ya superó los 700 US$ por tonelada. 


En resumen, inflación inercial es el fenómeno socialista mediante el cual se realizan enormes inversiones en el agro, se condonan deudas, se compran tractores, se firman acuerdos internacionales, se apropian de 3,5 millones de hectáreas, se construyen grandes sistemas de riego, se logra la felicidad de los campesinos, se importan entre 5 y 7 mil millones de dólares en comida, se cierran industrias, se regulan precios, se controla el transporte, se monta la mayor red de distribución pública de alimentos y se logra la mayor inflación en alimentos del mundo, mientras disminuye la oferta y se preservan episodios de escasez para aumentar la emoción de los habitantes. La nueva matemática socialista es igualmente interesante, se hacen grandes erogaciones en bolívares y en dólares, y sin importar el orden de magnitud, se logran siempre cifras negativas.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Qué dice la FAO sobre la propiedad de la tierra? Lo que el gobierno de Venezuela debe leer

El gobierno de venezuela ha debilitado los derechos de propiedad y la producción nacional ha disminuido. El siguiente artículo de la fao debería ser leído por nuestros gobernantes.
carlos machado allison
22 de febrero de 2011


tOMADO DE: WWW.FAO.ORG/KIDS/ES/RIGHTTOLAND.HTML

¿QUÉ HACE LA FAO? :: JUSTICIA SOCIAL :: EL DERECHO A LA TIERRA
Sale de sobra decir que los agricultores necesitan tierra para producir los cultivos. Pero es triste que muchos de ellos no tengan derechos seguros a la tierra. Y no sólo a la tierra, sino a todo lo que se relaciona con ella: el agua, los árboles, la vida silvestre, todas las cosas que la población rural necesita para producir alimentos, ganarse la vida y subsistir.

En muchos países, especialmente en Asia y América Latina, un número relativamente reducido de personas ricas posee muchas tierras, a la vez que millones de campesinos sin tierras luchan por ganarse la vida y alimentar a sus familias. Al carecer de derechos seguros a la tierra, a menudo se les niega el derecho a los alimentos.

Infórmate sobre el derecho a los alimentos.

Es más, al no tener propiedades, los agricultores pobres a menudo carecen de servicios públicos básicos, como sanidad y electricidad. Son tratados como ciudadanos de segunda.

Esto no sólo es malo para las personas, sino también para el planeta. Cuando los agricultores no tienen derechos seguros a la tierra, tienen pocos motivos para cuidar que los métodos de cultivo que usan sean "sostenibles". Tiene poco sentido trabajar para proteger la tierra para las generaciones futuras. Si la fertilidad de sus tierras se degrada, las abandonan y desbrozan otras tierras de otras personas.

No somos Robin Hood

Algunas personas quisieran que la FAO fuera como Robin Hood y obligara a los gobiernos a quitar tierras a los ricos para entregarlas a los pobres. A estas personas les repetimos que los miembros de la FAO no fundaron esta organización para que sea autoritaria. La FAO ayuda a los países, cuando han decidido hacer reformas agrarias, a encontrar las soluciones adecuadas para su situación específica. El trabajo de la FAO es para asegurar que las reformas agrarias den beneficios reales y seguridad a los agricultores pobres y que pasan hambre, e impulsar la producción agrícola general del país. Una parte fundamental de esta labor consiste en establecer los procedimientos adecuados para la solución pacífica de las diferencias por los derechos a las tierras.

Pero la cuestión de los derechos a la tierra tiene muchos otros aspectos, aparte de la desigualdad en la propiedad agraria. Hay lugares donde nadie puede ser propietario de tierras. Fíjate, en África más del 90 por ciento de las tierras no está sujeto al sistema jurídico oficial. Con frecuencia las tierras agrícolas, los bosques y los pastizales pertenecen a las comunidades, y los derechos de uso de estos recursos están determinados por costumbres locales.

Pero los tiempos y las tradiciones se transforman. Los países africanos, interesados en reducir el hambre y la pobreza, alientan a la población rural, gran parte de la cual sólo cultiva alimentos para consumo de su familia, a convertirse en agricultores comerciales. Pero la agricultura comercial requiere un sistema oficial de propiedad agraria. Además, en los sistemas tradicionales con frecuencia las mujeres no tienen los mismos derechos a la tierra que lo hombres. Esta desigualdad no sólo es una violación de los derechos de las mujeres, sino que además contribuye al hambre y la pobreza. La FAO ayuda a los gobiernos y las comunidades locales a encontrar formas aceptables de modificar los derechos tradicionales de propiedad agraria para no obstaculizar el desarrollo económico local y no discriminar a las mujeres.

Ah, y no hay que olvidar los países ex comunistas de Europa oriental y Asia central. Durante el comunismo, gran parte de las tierras agrícolas pertenecían a enormes cooperativas agrícolas estatales. A la caída del sistema comunista, también se desintegraron esas cooperativas. Estos países ahora están privatizando la tierra, pero no es fácil. La FAO los ayuda a establecer mercados de tierras agrícolas justos para los agricultores y positivos para la agricultura y el medio ambiente.

La unión es la fuerza

Como ves, el tema de los derechos agrarios es muy complejo. Pero existen algunos principios constantes. Por ejemplo: las reformas agrarias que tienen éxito no se imponen, se negocian.

Las personas cuyo sustento depende directamente de la tierra, el agua y los bosques deben participar en el proceso de reforma agraria. La participación de las agricultoras es especialmente importante. Las mujeres producen alrededor de la mitad de los alimentos del mundo, pero sólo poseen alrededor del 2 por ciento de todas las tierras agrícolas. Las reformas agrarias pueden hacer mucho para remediar este desequilibrio. Pero si no se incluye a las mujeres rurales en la reforma, se corre el riesgo de que los cambios terminen por perjudicarlas en vez de beneficiarlas.

Infórmate sobre las mujeres y la agricultura.

La FAO tiene un grupo de expertos específicamente dedicado a ayudar a los países a incrementar la participación de los hombres y las mujeres del campo en todos los aspectos del desarrollo rural, incluida la reforma de los derechos agrarios.

Una forma en que los pobres defienden sus derechos y hacen sentir su voz es organizándose. La FAO ayuda a las comunidades rurales, en especial a las que son pobres y vulnerables, a crear grupos de autoayuda, incluidas asociaciones de mujeres, de jóvenes y cooperativas de agricultores.

Venezuela: La verdadera inflación en alimentos

Un estudio independiente concluye señalando que el incremento de los precios en los supermercados, sitio preferido de compra de la clase media y obligado de todos los que no disponen de tiempo o transporte para acudir a mercales, pdvales o sitios portátiles de venta de alimentos, se incrementó en 43% en los últimos doce meses. Esa cifra se queda corta para quienes requieren dietas especiales como fórmulas infantiles o alimentos dietéticos. Por otra parte ocurrió un descenso del 30% en las ventas de las principales cadenas, prueba evidente de la caída en la capacidad adquisitiva de la población. No digo con ésto que las cifras del BCV estén equivocadas, sino simplemente que la diversidad de ingresos, hábitos, edad y condición física determina cifras distintas en la inflación. Esta es mayor para quien desea, necesita o está obligado a balancear su alimentación con frutas, hortalizas y proteínas de buena calidad, y menor para quién se alimenta con harinas, aceites, pasta y otros productos regulados. 


Una compra reciente en un supermercado del Este de Caracas es prueba fehaciente de lo anterior. La carne disponible estaba en Bs. 50 el Kg, los aguacates superaban los 45 Bs, el filete de pescado de calidad oscilaba entre 140 y 240 Bs y sólo las merlucitas tenían un precio accesible. En paralelo los productos de limpieza, el papel higiénico, pasta de dientes, paños y coletas, cepillos y artículos de baño y tocador han alcanzado precios poco menos que astronómicos. La leche en polvo estaba ausente y el precio de los derivados como queso, mantequilla, crema, yogurt y bebidas lácteas, escapa al presupuesto familiar. Las frutas y hortalizas nacionales, de pobre calidad en su mayoría, tienen precios que van desde Bs 10 (cambur) en adelante y si usted decide acudir a los empacados o congelados (indispensable para matrimonios donde ambos trabajan) pues prepárese para sacar la tarjeta de crédito, endeudarse y luego pagar los intereses correspondientes que, a su vez, corren en paralelo con la inflación.

jueves, 17 de febrero de 2011

Importación de alimentos en Venezuela ¿Qué sería razonable?


No es fácil señalar una cifra precisa. El volumen de las importaciones de alimentos depende de muchas variables económicas, hábitos alimenticios y políticas públicas. Existen alimentos que un país como Venezuela debe importar por sus características climáticas, entre ellos destacan trigo, avena, cebada y otros cereales subtropicales. Frutas de clima templado, nueces, aceite de oliva, una proporción de la leche y muchos productos elaborados. En ocasiones los precios internacionales se encuentran por debajo de los nacionales y es de interés público mantener el precio de los alimentos dentro de límites razonables para el consumidor. Así, a veces es necesario adquirir maíz forrajero para la industria avícola, torta de soya para los alimentos balanceados y otros productos.

Entre 1981 y 1990 la importación de alimentos y bebidas fue de 75,4 US$ por persona y año. En la década siguiente (1991-2000) la cifra disminuyó a 65,9 y en la que acaba de concluir (2001-2010) se duplicó alcanzando un promedio de 134,6. Sin embargo podemos distinguir dos lapsos, entre 2001 y 2005 cuando la intervención del gobierno sobre las tierras, la importación y la distribución de alimentos fue moderada y la importación promedio fue de 80,5, unos 20 dólares más que en la década previa. Pero en la segunda mitad de la década, cuando la intervención del gobierno es más intensa y su carácter socialista se torna evidente y agresivo, el promedio salta a 188,8 US$ por persona con un máximo de 276 en el año 2008 cuando se le ordena a PDVSA importar alimentos en forma masiva. Esto último ocurre cuando el precio del petróleo aumenta y el gobierno cree que la disponibilidad de divisas es infinita. En el 2009 se dan cuenta que están gastando en exceso y comienzan a cerrar la compuerta de las importaciones.

En mi opinión Venezuela podría tener buenos niveles de seguridad alimentaria importando 80 dólares por persona y año en trigo, leche en polvo, aceites, torta de soya, maíz forrajero, bebidas y unos 200 a 250 items menores que corresponden a productos especializados, exquisiteces, vinos y bebidas alcohólicas destiladas. La diferencia en la última década, alrededor de 100 dólares por persona y año, es decir aproximadamente 2.800.000.000 US$, equivalentes a 12 mil millones de bolívares al cambio actual, (7.280.000.000 al cambio precedente) podrían ser suministrados por la producción nacional. Para ello sería necesario regresar a fines de la década de 1990 cuando el país se encontraba autoabastecido de carne bovina, la producción de caña de azúcar se encontraba en ascenso, así como la de hortalizas, raíces y tubérculos. Tampoco se importaba arroz, pollos de engorde o café y de acuerdo al año, oscilaban las correspondientes a maíz forrajero, leche en polvo, fórmulas infantiles, cereales para desayuno, chocolates y otros productos. Lo gastado, como producto de la estatización agrícola, equivale a la suma de los presupuestos del sistema de educación superior del país y supera en ocho veces lo previsto en el presupuesto nacional del 2011 para la construcción de viviendas antes de la ley habilitante.

Tras la enorme cifra destinada a la importación de alimentos en el año 2008 que alcanzó a 7.576.657.091 dólares, superior al presupuesto nacional de varios países de América Central, en los dos años siguientes ha descendido por las restricciones impuestas y el abatimiento en el consumo que viene registrándose desde comienzos del año 2009.

El resultado es una reducción importante en la oferta de aquello que el gobierno estima que es “no básico”, pero que sin duda es importante para una proporción elevada de la población que tiene la legítima aspiración y el derecho de consumir lo que necesita, y por que no, lo que le satisface. Los productos excluidos son importados a una paridad cambiaria distinta, entre 30 y 110% superior a la legal y controlada y por consiguiente contribuyen a la inflación junto a los productos no regulados que crecieron en más de 60% en el año 2010.

Para el 2011 el panorama no es mejor. Los precios internacionales del trigo, aceite, leche en polvo, arroz, azúcar y maíz se han disparado. También ha ocurrido un incremento, más modesto, en la carne bovina y de aves. Es decir que para importar las mismas toneladas de estos productos registradas para el 2010, será necesario erogar más dólares y el gobierno decidirá si se transfiere el incremento de precios al consumidor o si subsidia los productos importados. Cualquiera de estas soluciones tendrá impacto negativo. Por una parte las finanzas públicas no andan bien y erogar más dólares para importar y más bolívares para subsidiar pesarán bastante en las arcas de la nación. La deuda externa e interna del gobierno ha aumentado sin cesar en la última década y la última emisión de bonos de PDVSA sólo fue colocada gracias a la sed de dólares que hay en el país y al cupón de más de 12%, un interés altísimo que ilustra el tamaño del riesgo.

Transferir el incremento de precios en un año pre-electoral tampoco será la medida más popular. Para evitar esto, pero ya muy tarde, el gobierno lanza un plan de reactivación agrícola e inversiones en el sector, condona deudas y subsidia fertilizantes y maquinaria. Pero esto también tiene un costo elevado y además pretende que sean las Unidades Socialistas de Producción las que cambien el panorama, tales emprendimientos del gobierno no han tenido éxito en varios años consecutivos ¿por qué pensar que ahora sí lo tendrán? Sobre la capacidad de las mismas para producir en 2011 cinco millones de toneladas adicionales de alimentos hay severas dudas.

martes, 15 de febrero de 2011

Índice de precios de la FAO: febrero 2011

Los precios de los commodities en febrero se han  elevado. El azúcar alcanzó los US$ 720 dólares  la tonelada, mientras que el maíz  fue cotizado a US$ 265 y el trigo a 328. El aceite de soya tuvo un precio de 1.265 dólares y la leche entera en polvo llegó a 4.629. Con la nueva paridad cambiaria (4.30 por US$) los precios de febrero, por tonelada serán los siguientes: Azúcar 3.096; Maíz 1.139; Trigo 1.410; leche en polvo entera 19.904 y Aceite de Soya 5.439.

Otro plan agrícola

Otro plan agrícola

CARLOS MACHADO ALLISON |  EL UNIVERSAL
martes 15 de febrero de 2011  


Con bombos y platillos se anuncia un nuevo plan agrícola precedido por un censo y animado con música y propaganda en radio y televisión. El plan contempla incrementos increíbles en la producción nacional con énfasis en la producción de maíz blanco, amarillo y arroz, soya, girasol y caraotas. No deja fuera a las hortalizas, el café o el cacao y también atiende a la ganadería vacuna, la pesca, piscicultura y cuanta cosa viva se produce, crece o se captura. Un tono similar al de las viviendas, una ilusión análoga a aquella de los niños de la calle, los gallineros verticales y los huertos urbanos. 

El magno proyecto aspira cifras jamás vistas en el país y con ello reducir las importaciones y combatir la inflación, que en alimentos y bebidas no alcohólicas saltó 4% en enero. Contempla una verdadera revolución con nuevos sistemas de riego, grandes inversiones y una ampliación de la frontera agrícola. Observo dificultades para que esta revolución agrícola tenga éxito. En primer lugar parte de cifras infladas, de acuerdo a las asociaciones de productores de cada rubro. Así para alcanzar las metas del Plan 2011-2012 el crecimiento debe ser casi fantástico. 

Las UPS 

La segunda dificultad es que parte sustantiva del incremento esperado vendrá de las UPS o Unidades Socialistas de Producción, así como, en el caso de la pesca, de la compra de naves atuneras por parte de Pescalba a un costo de 250 millones de BsF. Además, el plan contempla 6 millones de toneladas de cereales para el 2012, aumentar en 244% la producción de caprinos y ovinos, invertir como 400 millones en cacao y 133 millones en café. No menos ambicioso y oneroso es el proyecto que destinará más de 800 millones a la construcción de "casas de cultivo" en Aragua y Carabobo, aumentar en 80 mil las hectáreas a cielo abierto y llegar a producir en el 2012 más de un millón de toneladas entre tomate y cebolla. De todos los proyectos, el más modesto, pero también de difícil cumplimiento, es el de hacer crecer la producción bovina en algo más de 20%, después que lograron que disminuyera 50%. 

A soya y girasol, con la rimbombante "fábrica de fábricas", le inyectarán 400 millones de bolívares y elevarán a 8.400 unidades la producción nacional de tractores (¿por año o por década?). 

La tercera dificultad es que pretenden hacer todo esto sin garantías sobre la propiedad privada, ausente Agroisleña y con productores sin ganas de invertir. ¡Ahh!, pero veo una cuarta dificultad y esa es similar al de las viviendas, hospitales y carreteras: si no pudieron hacerlo en 12 años, ¿cómo es que ahora tienen los recursos, el conocimiento, la organización y la voluntad para hacerlo en los 18 meses que van de mayo de 2011, cuando regresen las lluvias, hasta fines del 2012 cuando, simultáneamente, se recojan cosechas y se realicen las elecciones? Disculpe, Sr. ministro, pero no le creo, y en el 2012 seguro que le echarán a Ud. la culpa porque aquí el comandantepresidente, como Stalin y Mao, jamás se equivoca. 

jueves, 3 de febrero de 2011

¿Dónde están los campesinos?

¿Dónde están los campesinos?
Sobran tierras y falta gente al comparar nuestras cifras con otros países del mundo
CARLOS MACHADO ALLISON |  EL UNIVERSAL



Pocos gobiernos han armado tanta alharaca con el tema de la tierra como el actual. Sin embargo la población rural de Venezuela no es muy grande. En el censo de 2001 era de apenas 2.672.453 y se había reducido con respecto al censo anterior. La migración del campo hacia la ciudad ha continuado y el censo de este año mostrará que apenas 7 u 8% del total es rural. Si esto es cierto, la población rural ha disminuido aún más y apenas sobrepasaría los 2 millones mientras que la urbana supera los 27. La fuerza de trabajo agrícola, entre empleados y campesinos o productores independientes, entre 600 y 900 mil personas, están ubicados sobre más de 30 millones de hectáreas o 60 millones, si incluimos el área potencial, entre 33 y 100 hectáreas por persona. Sobran tierras y falta gente al comparar nuestras cifras con otros países del mundo. 


Existen otros aspectos relevantes (a) la mayoría de los trabajadores rurales están amparados por la misma legislación y salario urbano; (b) el modo de vida es cada día más parecido al urbano y una elevada proporción de los trabajadores del campo viven en las conurbaciones cercanas y no dentro de las fincas; (c) muchos ocupantes de viviendas rurales trabajan en centros urbanos (industria, comercio, actividades informales, transportistas y otros); (d) muchos ubicados por el Gobierno en las fincas confiscadas nunca han cultivado la tierra y sólo buscan vivienda, o espacio físico donde construirla. Por estas razones, ha sido muy difícil lograr que se produzca algo en las 3,5 millones de hectáreas decomisadas. 


Muy pobres 


Quedan campesinos, en la visión tradicional, ranchito con perro en la puerta y humo de leña. Son pocos, están "montaña adentro", muy pobres y de avanzada edad. Los estudios sobre la reforma agraria hacia 1995 mostraban que la mayoría de los habitantes de los asentamientos campesinos eran estudiantes, comerciantes o amas de casa, pocos se dedicaban a la producción agrícola. Ésta, en más del 90%, salvo las hortalizas, procede de fincas medianas y mecanizadas, que emplean semillas, fertilizantes y agroquímicos, con productores que conocen de tecnología y mercado. 


Este gobierno feudal expropia y otorga papeles sin valor, no entrega títulos firmes a los campesinos, ni los educa para insertarlos en el mundo contemporáneo. Los mantienen en la miseria. Con respecto a la ganadería sobre grandes extensiones, tenga la seguridad que si el Gobierno compra y paga, muchos propietarios venderían y si la infraestructura vial, de riego o drenaje existiera, ya hubieran parcelado sus haciendas. Entonces, ¿A dónde nos lleva la política agrícola del Gobierno? Pues a las urnas electorales a través de la venta de ilusiones a los más pobres, mas no a la equidad, el empleo digno, el progreso económico familiar, uso de la tecnología y satisfacción de las necesidades alimentarias del país ¿Por qué se niega el Gobierno a otorgar propiedad plena a los trabajadores del campo? Para mantener votos cautivos de la pobreza y la ignorancia.